sábado, 14 de septiembre de 2013

TERRATENIENTES

Lee: Salmo 115: 12-18

"(Jehová) ha dado la tierra a los hijos de los hombres". Salmos 115:16


Dios nos ha dado las montañas y los ríos y los mares y los cielos para disfrutarlos y desarrollarlos para Él. La vida en este mundo involucra una mayordomía. Un mayordomo es alguien que se encarga de las propiedades de su señor. Dios nos ha dado mucho que disfrutar en esta vida pero lo hemos recibido de Él a manera de préstamo. Al crear al hombre, Dios puso a Adán en el bello paraíso para cuidarlo; el hombre es mayordomo; no es dueño.
Como mayordomos debemos cuidarnos de dos serios errores. En primer lugar, tenemos que cuidarnos de no echar a perder lo que se nos ha encargado para conservarlo. La protección del ambiente es una sagrada tarea. Si envenenamos y desperdiciamos los recursos naturales, pecamos contra el Creador y legamos daños irreparables a nuestros hijos. Dios nos ha dado la tierra para desarrollarla pero no para arruinarla. Si arruinamos la tierra, pecamos contra Dios y contra el hombre.
También debemos evitar que la creación nos domine. Dios no nos ha entregado al planeta sino el planeta al hombre. Todo está bien mientras la gente tiene sus posesiones; la desgracia es que a veces las posesiones controlan al hombre. Tome como ejemplo su casa. Si esa propiedad se vuelve lo más importante en su vida, se convierte en un ídolo y lo dominará a usted en vez de usted a ella.


Piensa:


No tenga vergüenza de sus posesiones. Que el préstamo de Dios no sea más importante que el prestador.


ORA:


GRACIAS, SEÑOR, POR ESTE ESTUPENDO PLANETA. ME GOZO DE SUS BELLEZAS NATURALES. GUÍAME PARA QUE NO MALGASTE SUS RECURSOS SINO QUE LAS USE PARA TU HONRA Y GLORIA. EN EL NOMBRE DE CRISTO. AMÉN.