viernes, 28 de junio de 2013

Lee: Mateo 13:36-43


v36 Jesús despidió entonces a la gente y entró en la casa, donde sus discípulos se le acercaron y le pidieron que les explicara la parábola de la mala hierba en el campo. v37 Jesús les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre, v38 y el campo es el mundo. La buena semilla representa a los que son del reino, y la mala hierba representa a los que son del maligno, v39 y el enemigo que sembró la mala hierba es el diablo. La cosecha representa el fin del mundo, y los que recogen la cosecha son los ángeles. v40 Así como la mala hierba se recoge y se echa al fuego para quemarla, así sucederá también al fin del mundo. v41 El Hijo del hombre mandará a sus ángeles a recoger de su reino a todos los que hacen pecar a otros, y a los que practican el mal. v42 Los echarán en el horno encendido, y vendrán el llanto y la desesperación. v43 Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. Los que tienen oídos, oigan.


MEDITACIÓN


Jesús nos habla del mal, representado como la cizaña en la parábola, como una realidad que nos rodea a diario en nuestras vidas. A veces parecemos ignorar que el mal existe o parece que perdemos la capacidad de identificar los lugares o las formas en las que se manifiesta. El peligro de la sociedad actual consiste en trivializar el mal, justificarlo todo, aceptar nuevas versiones de la verdad. A veces parece que en la actualidad la gente no es capaz de ver el mal que nos rodea. Ante los juicios y anti-valores que nos propone la sociedad pos moderna parece que nos hemos puesto del lado del mal y hemos dejado de luchar por el bien. Para ponernos de parte del bien es importante que conozcamos el mensaje de Jesús y los valores del reino que Él mismo nos pide que construyamos. Es claro que debemos amar y ser misericordiosos, pero debemos tener cuidado de no entretenernos o distraernos con la presencia del mal, el cual se vuelve parte de la vida sin que nos demos cuenta. Ante las opciones que nos ofrece el mundo de hoy, es importante que nos mantengamos fuertes, que seamos consistentes y que nos apeguemos al ejemplo de Jesús para que no nos ataque la cizaña.


ORA:



 Jesús amado, ayúdame a identificar las semillas del mal que me rodean, ayúdame a distinguir entre lo bueno y lo malo, entre lo que forma parte de los valores del Reino y entre lo que aparece para destruirme y confundirme. Confío en ti, Señor.

Para la reflexión:




+¿Qué nos ofrece el mundo de hoy que nos aleja del bien?+¿Qué podemos hacer para que el mal no se “institucionalice” en nuestras vidas?


jueves, 27 de junio de 2013

 LeeEvangelio de Juan 20: 1,2; 11-18

v1 El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro; y vio quitada la piedra que tapaba la entrada. v2 Entonces se fue corriendo a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo:--¡Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!
v11 María se quedó afuera, junto al sepulcro, llorando. Y llorando como estaba, se agachó para mirar dentro, v12 y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús; uno a la cabecera y otro a los pies. v13 Los ángeles le preguntaron:--Mujer, ¿por qué lloras?
Ella les dijo:--Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto. v14 Apenas dijo esto, volvió la cara y vio allí a Jesús, pero no sabía que era él.  v15 Jesús le preguntó: --Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo:--Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, para que yo vaya a buscarlo. v16 Jesús entonces le dijo:--¡María! Ella se volvió y le dijo en hebreo:--¡Rabuni! (que quiere decir: "Maestro").
v17 Jesús le dijo: --No me retengas, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y di a mis hermanos que voy a reunirme con el que es mi Padre y Padre de ustedes, mi Dios y Dios de ustedes. v18 Entonces María Magdalena fue y contó a los discípulos que había visto al Señor, y también les contó lo que él le había dicho.



MEDITACIÓN : 



¿Por qué lloras?

Uno de los más dramáticos momentos del ser humano, es el de la pérdida de alguno de sus seres queridos. El sentimiento de pérdida y dolor invade todos los aspectos de sus vidas, marcados por el abatimiento, tristeza, desesperanza y el vacío que deja ese ser tan querido en las vidas de sus familiares y amigos.

En la escena bíblica, unos ángeles le preguntan a María Magdalena: Mujer, ¿Por qué lloras?. Ciertamente ella lloraba porque además de que había muerto Jesús, ella pensó que se lo habían llevado o robado, y lloraba desconsoladamente.

El sentimiento más fuerte en momentos así, es el sentido de ser abandonado y el pensar cómo sería la vida si este ser querido estuviera aún vivo. Así sucedió con María, ella sentía que su vida se iba con Jesús en su muerte. Preguntaba a las personas que estaban alrededor, y nada mitigaba su búsqueda y su dolor. María sólo halló descanso y consuelo, cuando escuchó de Jesús resucitado: “¡María!” ¿Cómo es posible que alguien que estuvo muerto, se levante y le llame por su nombre? . Allí se disipó su dolor y se tornó en el gozo y la alegría de la resurrección, y… así ella fue de prisa a contar a los discípulos la Buena Noticia.

Era el testimonio de una mujer (primer testigo de la resurrección) ,en una época donde las mujeres no eran escuchadas y su testimonio no “tenía validez delante de los hombres”, pero aún así fue, y rebosando de alegría, contó su experiencia.

¿Tienes pena y dolor ante la pérdida de algún ser querido?

Jesús te ha llamado por tu nombre en el pacto de tu bautismo, para que tú también vivas en el presente, el gozo y la paz de la resurrección, vivas como hijo /a de Dios resucitado en medio de un mundo de muerte , para que lleves esperanza y vida.


miércoles, 26 de junio de 2013



Leemos: Lucas 5: 1-11


En una ocasión, estando Jesús a orillas del Lago de Genesaret, se sentía apretujado por la multitud que quería oír el mensaje de Dios. Jesús vio dos barcas en la playa. Los pescadores habían bajado de ellas a lavar sus redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó en la barca, y desde allí comenzó a enseñar a la gente. Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón:—Lleva la barca a la parte honda del lago, y echen allí sus redes, para pescar. Simón le contestó:—Maestro, hemos estado trabajando toda la noche sin pescar nada; pero, ya que tú lo mandas, voy a echar las redes. Cuando lo hicieron, recogieron tanto pescado que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros de la otra barca, para que fueran a ayudarlos. Ellos fueron, y llenaron tanto las dos barcas que les faltaba poco para hundirse. Al ver esto, Simón Pedro se puso de rodillas delante de Jesús y le dijo: — ¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador! Es que Simón y todos los demás estaban asustados por aquella gran pesca que habían hecho. También lo estaban Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús le dijo a Simón:—No tengas miedo; desde ahora vas a pescar hombres. Entonces llevaron las barcas a tierra, lo dejaron todo y se fueron con Jesús. Evangelio de San Lucas 5: 1-11


MEDITACION



En nuestro tiempo, mucha gente está dispuesta a acercarse a Jesús para escucharlo, pero quiere mantener a Jesús lejos de sus vidas. Quieren escuchar a Jesús desde "la orilla" de manera superficial , solo de teoría . La invitación a ir a "aguas profundas" , ir a la práctica de su enseñanza les da miedo. Miedo a seguir a Jesús y comprometerse con él ...

Lo que Jesús enseña es “interesante”, pero su manera de vivir y su propuesta de vida, es inquietante. Se piensa que lo que el Señor propone es muy bueno, pero se tiene la sensación de que no se puede vivir en este mundo.

No temas… esa es justamente la buena noticia: que Jesús vino para los que no podemos y los que tenemos miedo a seguirlo y vivir su enseñanza. Eso es lo que enseña desde la barca: “bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino”...

Síguelo, será de bendición para ti y será la mejor opción que hayas tomado en tu vida. No te arrepentirás. Dios te bendiga.




lunes, 24 de junio de 2013



Leemos: Evangelio de San Juan 6:24-35


Al ver que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, la gente subió también a las barcas y se dirigió a Capernaúm, a buscarlo. Al llegar ellos al otro lado del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron:—Maestro, ¿cuándo viniste acá. Jesús les dijo:—Les aseguro que ustedes me buscan porque comieron hasta llenarse, y no porque hayan entendido las señales milagrosas. No trabajen por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y que les da vida eterna. Ésta es la comida que les dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él. Le preguntaron:—¿Qué debemos hacer para realizar las obras que Dios quiere que hagamos? Jesús les contestó:—La única obra que Dios quiere es que crean en aquel que él ha enviado. Le preguntaron entonces:—¿Qué señal puedes darnos, para que al verla te creamos? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: “Les dio a comer pan del cielo.” Jesús les contestó:—Les aseguro que no fue Moisés quien les dio a ustedes el pan del cielo, sino que mi Padre es quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan que Dios da es el que ha bajado del cielo y da vida al mundo.
Ellos le pidieron:—Señor, danos siempre ese pan. Y Jesús les dijo:—Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed.


MEDITACIÓN


El evangelio de hoy, de Juan, el discurso del pan de vida, se desenvuelve en tres afirmaciones lógicamente sucesivas, y la primera que presenta este texto es: el real o verdadero “pan del cielo” no es el maná dado una vez por Moisés, contrariamente a lo que la gente pensaba (v.31). Es literalmente el pan que ha bajado del cielo. Dios, no Moisés, es quien da este pan (v.32). Jesús ha realizado signos para revelar el sentido de su persona, pero la gente sólo lo ha entendido en la línea de sus necesidades materiales (6,26.12). Jesús ha querido llevarnos a la comprensión de su persona, porque sólo a través de la fe pueden entender quien es él y sólo así podrá donarse a ellos como comida: pero para hacer esto es necesario trabajar o procurar por un alimento y una vida que no tienen término y que son dones del Hijo del hombre (v.27). Los judíos piensan de inmediato en las obras (v.28; Rm 9,31-32), pero Jesús replica que sólo una obra deben cumplir: creer en él (v.29; Rm 3,28), reconocer que tienen necesidad de él, como se tiene necesidad del alimento material. Al considerar la exigencia de Jesús muy grande es por lo que piden una demostración de los que afirma realizando una señal que al menos se compare con aquellas realizadas por Moisés (vv. 30-31), pues aquellas que acaba de realizar (6,2) no se consideran suficientes. Jesús responde afirmando que es más que Moisés, pues en él (Cristo) se realiza el don de Dios que no perece. Su pan se puede recoger (6,13), el maná se pudrió (Ex 16,20).
“Yo soy el pan de vida” es una fórmula de fuerza extraordinaria, parecida a aquellas otras que sólo a Jesús se podría atribuir: “Yo soy la luz del mundo”, “Yo soy el buen pastor”... el que viene a Jesús no tendrá hambre ni sed, no necesita de otras fuentes de gozo para saciar sus anhelos y aspiraciones. Jesús es fuente de equilibrio y de gozo, fuente de sosiego y de paz. Jesús es el lugar y fundamento de la donación de la vida que Dios hace al ser humano. En Jesucristo, Dios está por completo a favor del ser humano, de tal modo que en él se le abre su comunión vital, su salvación y su amor, y en tal grado que Dios quiere estar al lado del ser humano como quien se da y comunica sin reservas. En la comunión con el revelador –Cristo- se calma tanto el hambre como la sed de vida que agitan al ser humano.




domingo, 23 de junio de 2013

 El Reino de Dios es como una semilla de mostaza.

Jesús también les contó esta parábola: «El reino de los cielos es como una semilla de mostaza que un hombre siembra en su campo. Es, por cierto, la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece, se hace más grande que las otras plantas del huerto, y llega a ser como un árbol, tan grande que las aves van y se posan en sus ramas.» San Mateo 13: 31,32


MEDITACIÓN


La mostaza es uno de los condimentos más preciados y más populares en nuestros días. En los tiempos bíblicos tenía múltiples usos, desde la cocina hasta la medicina; incluso, se le usaba como alimento para el ganado y para proteger la tierra entre los cultivos. La parábola parece recordar este uso, ya que la mostaza tenía la propiedad de retener los nutrientes del suelo y, después de una cosecha, se le permitía crecer para dejarla como abono. Para la huerta del campesino pobre esta planta era una bendición: sus semillas se transformaban en un rico condimento; sus ramas albergaban los pájaros y su tallo cortado servía de abono para futuras cosechas. Una modesta realidad de sorprendentes manifestaciones. – Del mismo modo, en nuestra vida personal hay prácticas modestas como la oración, el estudio, la lectura bíblica, el reciclaje de materiales que, en su modestia, producen ricos y abundantes frutos. Aunque no pueden competir con el televisor, con el Internet o con una formación universitaria, sin embargo tiene la cualidad de dejar abonado el terreno de nuestro intelecto y el de nuestros afectos para la Palabra de Dios y su mensaje. ¿Qué prácticas sencillas similares a las mencionadas pueden transformar nuestra vida?