lunes, 29 de julio de 2013

MÁS ALLÁ

Lee: Salmo 73:21-28

"¿A quién tengo yo en el cielo sino a ti? (Salmo 73:25)


Usted es mucho más que ese cuerpo suyo y su vida mucho más que esa experiencia que está viviendo. La gente más equivocada en este mundo es la que se mira a sí misma y ve sólo piel o mira a la vida y ve sólo cosas.
Todos necesitamos una visión especial que ha sido creada por el Espíritu de Dios. Es el Espíritu quien nos muestra la realidad de las cosas por medio de sus revelaciones en la Biblia. Al leer la Biblia, Dios nos da ojos que nos permiten verlo a Él y ver la vida a la luz del Salvador.
Dice el salmista que mientras estaba molesto por la prosperidad del impío se mostró ignorante e insensato. Sólo veía las posesiones materiales y únicamente el momento presente. Dice que Dios abrió sus ojos y le dio que viese más allá de todo eso.
En el momento en que Dios le hizo ver la verdad, el salmista vio a Dios como lo más valioso en vez de sus bienes. Empezó a vivir para la eternidad y no para el día de hoy. Se dijo a sí mismo que jamás podría tener envidia de la gente rica después de eso. Cierto es que tienen lo que yo no tengo pero es que yo también tengo algo que ellos no tienen. Yo soy más rico que ellos porque tengo a Dios. Me he dado cuenta que con Dios, yo he sido más bendecido que el otro.


Piensa:

La vida no consiste en las posesiones sino en las relaciones y una relación con Dios es la más importante.


ORA:

QUERIDO PADRE, GUÁRDAME CERCA DE TI EN FE, ESPERANZA Y AMOR. PREPARA MI CORAZÓN PARA AQUEL GRAN DÍA. TE LO SUPLICO EN EL SANTO NOMBRE DE MI SEÑOR JESÚS. AMÉN



domingo, 28 de julio de 2013

¿CÓMO SE HACE UN SANTO?

Lee: Salmo 73:1-20


"Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón". (Salmo 73:13)


Los creyentes en Cristo jamás deben compararse a sí mismos con los incrédulos. Cuanto más se compenetran de las cosas de Dios, más se dan cuenta que todo lo bueno del hombre no se merece nada y que la vida la determina Dios según sus propósitos. Dios obra cuidadosamente con nuestras almas para que expresen mejor la imagen de nuestro Salvador. Puede ser posible que para ello sea necesario no tener grandes riquezas. Los incrédulos pueden ser muy ricos pero Dios no los está haciendo santos.
El poeta que escribió el Salmo 73 no podía entender este misterio. Veía a la gente incrédula y veía sus inmensas riquezas. Después se miró a sí mismo y lo poco que él tenía. Es un caso clásico de auto-conmiseración, no podía ver en esto la mano de Dios.
Jamás se deje convencer por Satanás que la fe cristiana es una fórmula mágica de triunfos y éxitos. Ni uno solo de los profetas, y menos aún Jesús, hicieron jamás tal afirmación. Lo que Dios quiere es hacerlo como Cristo y eso no puede suceder hasta que usted se identifique con sus sufrimientos. Cuando Dios quiere hacernos santos, generalmente no nos cubre con lujos y joyas. Antes bien, nos da de su gracia para aceptar nuestra situación y seguir adelante con la vida.


Piensa:

El deseo de Dios es hacer a sus hijos cada día más semejantes a Jesús.



ORA:


DIOS DE AMOR Y COMPASIÓN, NO DEJES QUE TENGA ENVIDIA DE LOS DEMÁS. TE DOY GRACIAS POR LO QUE HACES EN MI VIDA Y TE RUEGO QUE SEA, CADA DÍA, MÁS Y MÁS CUAL TU HIJO JESUCRISTO. EN SU SANTO NOMBRE TE LO PIDO. AMÉN