viernes, 5 de julio de 2013

JESÚS TE LLAMA


PACIENTE ESPERA

LEE: Salmo 40: 1-8

"Pacientemente esperaré a Jehová". (Salmo 40: 1



Hay momentos en la vida en que lo único que se puede hacer es esperar en Dios con paciencia. Dios mismo así lo quiere. Su fe cristiana no ha llegado a la madurez si usted no puede esperar con paciencia.

En Eclesiastés 11:4 leemos que el hombre que mira las nubes, no segará. Se pasa el tiempo esperando que llegue el momento propicio para sembrar y nunca llega a hacerlo. Si usted dice que va a hacer algo cuando todas las condiciones sean favorables, casi seguro que jamás hará nada.

Esperar pacientemente en Jehová es algo que ocurre cuando, luego de haber acabado todos los planes y acciones, usted se da cuenta que la voluntad de Dios no se está cumpliendo. Usted se pone de rodillas delante de Dios y espera. Y al esperar, habiendo puesto todo en las manos de Dios, se da cuenta que eso era precisamente lo que Dios quería.

Hay quienes deben esperar pacientemente en Dios cuando se encuentran gravemente enfermos; con frecuencia descubren que esa espera es casi peor que la enfermedad. Pero Dios es dueño del tiempo y Él sabe. La espera llegará a su fin cuando se curen las heridas o cuando los pecados sean confesados o cuando su voluntad se haya rendido a la de Dios. Si usted espera, será perfeccionado.

Piensa:


No se debe confundir la paciente espera, con la postergación


ORA:


Eterno Dios, me es difícil esperar con paciencia. Ten paciencia conmigo y enséñame a confiar en Ti en las horas de dudas. Gracias por tus dones y promesas. Te lo pido en el Santo nombre de mi Señor y Salvador Personal, Jesús. Amén.




miércoles, 3 de julio de 2013

Que la fe no falte

Lee: Mateo 14: 22-36


Después de esto, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca, para que cruzaran el lago antes que él y llegaran al otro lado mientras él despedía a la gente. Cuando l hubo despedido, Jesús subió a un cerro para orar a solas. Al llegar la noche, estaba allí él solo, mientras la barca ya iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua. Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron y gritaron llenos de miedo: -¡Es un fantasma!Pero Jesús les habló diciéndoles: - ¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo! Entonces Pedro le respondió: -Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua.-Ven- dijo Jesús. Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó: -¡Sálvame, Señor!. Al momento Jesús lo tomó de la mano y le dijo: -¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de Jesús y le dijeron: -¡En verdad tú eres el Hijo de Dios!Cruzaron el lago y llegaron a tierra en Genersaret. La gente del lugar reconoció a Jesús y la noticia se extendió por toda la región. Le llevaban los enfermos y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su capa; y todos los que la tocaban quedaban sanos. 


MEDITACIÓN


Jesús se detiene a orar para fortalecerse y conectarse con el Padre luego de una larga jornada. Muchas veces nos acercamos a la oración para pedir cosas, para pedir por otros, para compartir nuestras angustias con Dios. A veces nos hace falta simplemente conectarnos, dejar que sea Dios el que nos hable, nos acompañe y nos consuele. En medio de la oración se acrecienta nuestra fe y alcanzamos la fuerza que seguramente andábamos buscando. En los momentos más inesperados se nos "aparece" Jesús para poner a prueba nuestra fe como le sucedió a Pedro tras ver a Jesús caminar sobre las aguas. Es en esos momentos que debemos poner nuestras dudas a un lado, confiar plenamente en Jesús y en su Palabra, dejar llevarnos por Él para que nos sostenga, pues Él no dejará que nos hundamos. La oración es fundamental en nuestras vidas, debemos buscar todas las maneras posibles para estar conectados con Dios en todo momento. La falta de oración nos conduce a la desolación y a la desesperanza. Un espíritu débil se hunde en medio de las tempestades, se derrumba en medio de las tentaciones de cada día, carece de valor para levantarse. Un espíritu conectado en Dios todo lo puede, todo lo alcanza, siempre sale victorioso.


ORA: 


Querido Jesús, ven a mi rescate. No siempre soy tan fuerte como quisiera, necesito más de Ti, de tu amor, de tu compañía. En medio de la oración tendré la capacidad para siempre encontrarte y reconocerte como el verdadero Hijo de Dios. Amén




domingo, 30 de junio de 2013


LEE: San Mateo 14: 13-21


v13 Cuando Jesús recibió la noticia, se fue de allí él solo, en una barca, a un lugar apartado. Pero la gente lo supo y salió de los pueblos para seguirlo por tierra. v14 Al bajar Jesús de la barca, vio la multitud; sintió compasión de ellos y sanó a los enfermos que llevaban. v15 Como ya se hacía de noche, los discípulos se le acercaron y le dijeron: --Ya es tarde, y este es un lugar solitario. Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y se compren comida. v16 Jesús les contestó:--No es necesario que se vayan; denles ustedes de comer.v17 Ellos respondieron: --No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados.v18 Jesús les dijo:--Tráiganmelos aquí.v19 Entonces mandó a la multitud que se sentara sobre la hierba. Luego tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, pronunció la bendición y partió los panes, los dio a los discípulos y ellos los repartieron entre la gente. v 20 Todos comieron hasta quedar satisfechos; recogieron los pedazos sobrantes, y con ellos llenaron doce canastas.  v21 Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.


MEDITACIÓN

¡Es hermoso poder compartir! En el Evangelio bastó con que una persona compartiera cinco panes y dos peces para que se realizara un milagro de convivencia y hermandad. Son tantas las maneras en las que podemos compartir. Podemos compartir nuestro tiempo con las personas que necesitan de nosotros: compartir el tiempo con los que se sienten solos o con los que agradecen un breve momento de compañía, compartir tiempo con nuestros amigos y recordarles que siempre pueden contar con nosotros. Podemos compartir nuestros talentos: enseñar a otros para que también colaboren en la construcción de un mundo mejor, compartir lo mejor que Dios nos ha dado y que lo ofrecemos para darle honor y gloria. Podemos compartir lo que tenemos: nuestro pan y nuestros bienes, luchar para que otros tengan un mejor estilo de vida, hacer lo posible para lograr que otros tengan lo básico para su subsistencia. Podemos compartir nuestras creencias, nuestros valores, nuestros sueños: guiar a otros para que aumenten su fe, para que desarrollen una amistad más sólida con Dios. Al compartir nos hacemos hermanos de las personas a las que servimos
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 ORA:

Jesús, dame un corazón generoso para siempre compartir lo que me has dado, dame unas manos generosas para poder alcanzar al más necesitado, dame un espíritu generoso para conectarme con todos mis hermanos. Ayúdame a satisfacer el hambre de las personas que necesitan de Ti. Gracias Señor, sé que será así. Amén


Para la reflexión:



+ ¿Cómo es tu manera de compartir? ¿Qué se te hace más fácil y más difícil?
+ Busca la manera de hacer una obra especial durante esta semana.