jueves, 27 de junio de 2013

 LeeEvangelio de Juan 20: 1,2; 11-18

v1 El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro; y vio quitada la piedra que tapaba la entrada. v2 Entonces se fue corriendo a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo:--¡Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!
v11 María se quedó afuera, junto al sepulcro, llorando. Y llorando como estaba, se agachó para mirar dentro, v12 y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús; uno a la cabecera y otro a los pies. v13 Los ángeles le preguntaron:--Mujer, ¿por qué lloras?
Ella les dijo:--Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto. v14 Apenas dijo esto, volvió la cara y vio allí a Jesús, pero no sabía que era él.  v15 Jesús le preguntó: --Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo:--Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, para que yo vaya a buscarlo. v16 Jesús entonces le dijo:--¡María! Ella se volvió y le dijo en hebreo:--¡Rabuni! (que quiere decir: "Maestro").
v17 Jesús le dijo: --No me retengas, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y di a mis hermanos que voy a reunirme con el que es mi Padre y Padre de ustedes, mi Dios y Dios de ustedes. v18 Entonces María Magdalena fue y contó a los discípulos que había visto al Señor, y también les contó lo que él le había dicho.



MEDITACIÓN : 



¿Por qué lloras?

Uno de los más dramáticos momentos del ser humano, es el de la pérdida de alguno de sus seres queridos. El sentimiento de pérdida y dolor invade todos los aspectos de sus vidas, marcados por el abatimiento, tristeza, desesperanza y el vacío que deja ese ser tan querido en las vidas de sus familiares y amigos.

En la escena bíblica, unos ángeles le preguntan a María Magdalena: Mujer, ¿Por qué lloras?. Ciertamente ella lloraba porque además de que había muerto Jesús, ella pensó que se lo habían llevado o robado, y lloraba desconsoladamente.

El sentimiento más fuerte en momentos así, es el sentido de ser abandonado y el pensar cómo sería la vida si este ser querido estuviera aún vivo. Así sucedió con María, ella sentía que su vida se iba con Jesús en su muerte. Preguntaba a las personas que estaban alrededor, y nada mitigaba su búsqueda y su dolor. María sólo halló descanso y consuelo, cuando escuchó de Jesús resucitado: “¡María!” ¿Cómo es posible que alguien que estuvo muerto, se levante y le llame por su nombre? . Allí se disipó su dolor y se tornó en el gozo y la alegría de la resurrección, y… así ella fue de prisa a contar a los discípulos la Buena Noticia.

Era el testimonio de una mujer (primer testigo de la resurrección) ,en una época donde las mujeres no eran escuchadas y su testimonio no “tenía validez delante de los hombres”, pero aún así fue, y rebosando de alegría, contó su experiencia.

¿Tienes pena y dolor ante la pérdida de algún ser querido?

Jesús te ha llamado por tu nombre en el pacto de tu bautismo, para que tú también vivas en el presente, el gozo y la paz de la resurrección, vivas como hijo /a de Dios resucitado en medio de un mundo de muerte , para que lleves esperanza y vida.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario