domingo, 30 de junio de 2013


LEE: San Mateo 14: 13-21


v13 Cuando Jesús recibió la noticia, se fue de allí él solo, en una barca, a un lugar apartado. Pero la gente lo supo y salió de los pueblos para seguirlo por tierra. v14 Al bajar Jesús de la barca, vio la multitud; sintió compasión de ellos y sanó a los enfermos que llevaban. v15 Como ya se hacía de noche, los discípulos se le acercaron y le dijeron: --Ya es tarde, y este es un lugar solitario. Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y se compren comida. v16 Jesús les contestó:--No es necesario que se vayan; denles ustedes de comer.v17 Ellos respondieron: --No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados.v18 Jesús les dijo:--Tráiganmelos aquí.v19 Entonces mandó a la multitud que se sentara sobre la hierba. Luego tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, pronunció la bendición y partió los panes, los dio a los discípulos y ellos los repartieron entre la gente. v 20 Todos comieron hasta quedar satisfechos; recogieron los pedazos sobrantes, y con ellos llenaron doce canastas.  v21 Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.


MEDITACIÓN

¡Es hermoso poder compartir! En el Evangelio bastó con que una persona compartiera cinco panes y dos peces para que se realizara un milagro de convivencia y hermandad. Son tantas las maneras en las que podemos compartir. Podemos compartir nuestro tiempo con las personas que necesitan de nosotros: compartir el tiempo con los que se sienten solos o con los que agradecen un breve momento de compañía, compartir tiempo con nuestros amigos y recordarles que siempre pueden contar con nosotros. Podemos compartir nuestros talentos: enseñar a otros para que también colaboren en la construcción de un mundo mejor, compartir lo mejor que Dios nos ha dado y que lo ofrecemos para darle honor y gloria. Podemos compartir lo que tenemos: nuestro pan y nuestros bienes, luchar para que otros tengan un mejor estilo de vida, hacer lo posible para lograr que otros tengan lo básico para su subsistencia. Podemos compartir nuestras creencias, nuestros valores, nuestros sueños: guiar a otros para que aumenten su fe, para que desarrollen una amistad más sólida con Dios. Al compartir nos hacemos hermanos de las personas a las que servimos
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 ORA:

Jesús, dame un corazón generoso para siempre compartir lo que me has dado, dame unas manos generosas para poder alcanzar al más necesitado, dame un espíritu generoso para conectarme con todos mis hermanos. Ayúdame a satisfacer el hambre de las personas que necesitan de Ti. Gracias Señor, sé que será así. Amén


Para la reflexión:



+ ¿Cómo es tu manera de compartir? ¿Qué se te hace más fácil y más difícil?
+ Busca la manera de hacer una obra especial durante esta semana.



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