domingo, 16 de junio de 2013

Lee: Salmo 37:1-4

"No te impacientes a causa de los malignos". (Salmo 37:1)

NO SE IMPACIENTE POR LOS MALIGNOS

Más de una vez la Biblia habla de la paz que tienen y deben tener los que confían plenamente en su Salvador. En Colosenses 3: 15 leemos "La paz de Dios gobierne en vuestros corazones":

¿Por qué entonces impacientarnos con los malignos? Se nos sube la presión arterial, molestamos a nuestros seres más queridos y nos perdemos el gozo de vivir. Y todo esto no afecta para nada al que hizo el mal. El tipo de gente que causa estos daños no se deja impresionar tan fácilmente por nuestra impaciencia. Como lo dice el Salmo 37:8 "Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo."
 La ira y el enojo llevan al mal. Existe el peligro de hacerle mal al que inició el círculo vicioso.

Hay formas más efectivas de tratar al que hace mal. Usted puede vencerlo con el bien (Romanos 12:21  "No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal." ; se puede volver la otra mejilla (Mateo 5:39 "Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; Usted puede orar por los que le hacen mal (Mateo 5:44 " Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; Uno puede dejarlo todo en manos de Dios, ya que la venganza es de Él (Romanos 12:19 " No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Usted puede ser como Jesús quien, cuando lo maldecían, no respondía con maldición (1 Pedro 2:23 " quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;  Uno puede mantener su calma y dignidad sin necesidad de rebajarse a niveles del mal.

Usted puede hacer todas estas cosas y la paz de Dios reinará en su corazón. No se impaciente a causa de los malignos. No vale la pena y usted corre riesgos innecesarios.

Piensa:

Hoy tememos a muchas cosas. Pero la presencia de Dios nos anima a desterrar el temor.


ORA:

SEÑOR JESÚS, DAME TU ESPÍRITU DE PACIENCIA Y DE PERDÓN HACIA QUIENES ME OFENDEN DE ALGUNA FORMA. DEJO ESTAS COSAS EN TUS SANTAS MANOS PORQUE TÚ TODO LO SABES Y ERES JUSTO. EN TU SANTO NOMBRE LO PIDO. AMÉN.

 

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