jueves, 13 de junio de 2013

Lee: Salmo 32

“Mi pecado te declararé y no encubrí mi iniquidad”. Salmo 32:5


ARREPENTIMIENTO

Cuando el Señor nos enseñó a orar su oración modelo (Mateo  6:9-13), nos dijo que orásemos por el perdón de nuestros pecados; eso es lo que significa pedir “perdónanos nuestras deudas”. Cuando más avanzados en santificación, más nos damos cuenta que tenía mucha razón. Con frecuencia creemos que somos más santos cuando nuestros pecados son menos; la realidad es que somos más santos únicamente cuando nuestro arrepentimiento es más hondo y sentido. Sólo los piadosos pueden arrepentirse. Cualquiera puede sentir remordimiento pero eso no es arrepentimiento. La diferencia entre el remordimiento y el arrepentimiento queda ilustrada en el caso de dos hombres muy tristes que estaban en una prisión por robos cometidos. Uno decía:”Insensato que soy. Dejé mis impresiones digitales en el robo. Si algún día salgo de aquí, jamás cometeré ese error nuevamente!”. El otro decía: “Insensato que soy, cometí un robo. Si algún día salgo de aquí, jamás cometeré otro robo!”. El primero sentía remordimiento; el otro estaba arrepentido. El arrepentimiento incluye la confesión. No es fácil admitir que uno ha pecado. Hay dos enemigos muy fuertes que se oponen: el orgullo y la dureza de corazón. Si estos enemigos toman control, no será posible arrepentirnos de nuestro pecado.

 Piensa:

Cuando pedimos perdón a la divinidad, no nos humillamos ante otros seres humanos, sino ante el Creador.

 ORA:


SEÑOR Y DIOS, TANTAS VECES HEMOS PECADO CONTRA TI.TE CONFESAMOS NUESTROS PECADOS Y TE PEDIMOS EL PERDÓN. LO HACEMOS EN EL NOMBRE DE . DE NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR PERSONAL, JESUCRISTO. AMÉN.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario