domingo, 9 de junio de 2013

Lee: Salmo 16

... y no lo ha! A Jehová, he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, o seré conmovido."

¿Dónde poner a Dios?


¿Dónde está Dios en su vida= David lo tenía siempre a su lado y por eso no era conmovido.

El secreto es la palabra siempre. No se puede ocupar la mente un momento con la piedad y otro momento con lo mundano, como una luz intermitente.

Cuando apareció un cometa hace unos años, un observador de estas cosas quiso buscarlo en el cielo pero estaba en un lugar donde habían otras luces que distraían y no dejaban ver el cometa. Fue recién cuando el hombre se fue a un desierto que pudo ver el cometa sin mayores dificultades. No se pueden ver aquellas luces en las alturas cuando uno está rodeado de luces aquí abajo.

Del mismo modo, resulta imposible enfocar a Dios y vivir en su presencia si estamos rodeados y ocupados con las distracciones de este mundo. Nos se puede ser creyente firme y truinfador a menos que tengamos al Señor siempre delante de nosotros. Este contacto constante se desprende de la lectura de su Palabra y de una vida de oración.

En el Nuevo Testamento se hace referencia a este Salmo 16 cuando se afirma que Cristo jamás se separó de los deseos de su Padre (Hechos 2:25). Sigamos el ejemplo de nuestro Señor, en vez de correr tras las novedades y lucecitas que nos rodean. Pongamos nuestra mirada en Dios.

Piensa:

Las estrellas del cielo son una obra maravillosa. Y Dios que las creó es el Arquitecto.

ORA:  
Permite, Señor que te tengamos siempre presente en nuestra experiencia. No dejes que las luces de este mundo nos distraigan y nos separen de Ti. Confirma nuestra comunión contigo por amor a Jesús. Amén.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario