lunes, 10 de junio de 2013

Lee: Salmo 19

"La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma". (Salmo 19:7)

EL SENDERO PERFECTO


Es imposible estimar cuánta angustia se ahorran quienes obedecen la ley de Dios. Dios nos ama y quiere evitarnos las consecuencias miserables del pecado. Es por eso que nos llama a una vida superior al exigir obediencia a sus leyes.

Vuélvase de los dioses falsos de Mamón, observe los deseos de Dios, respete su día de descanso, honre a sus padres, aprecie el don de la vida, viva la vida moral, no robe lo ajeno, defienda la verdad, no se deje vencer por la codicia y su vida será un jardín de flores. Es el plan más seguro de la vida feliz. Si usted no obedece esas leyes de Dios, sus problemas y angustias se multiplicarán.

Cuanto uno más anda en el sendero de Dios, más se da cuenta que ese es el sendero perfecto.

La obediencia a Dios también convierte el alma, esa alma que está allí bien adentro y que tantas veces se siente molesta o ansiosa. Uno es atacado sin descanso por el pecado y el alma es sacudida. No trate de oponerse a esos ataques con sus propias fuerzas y energías. Es cuando uno abandona la Palabra de Dios que se pierden los poderes espirituales que pueden protegernos.

Lo que usted necesita es la dirección, la inspiración y la paz del alama que proviene de vivir según los preceptos de la Palabra. 

Piensa:

No se puede hallar felicidad en buscarla. Ha sido siempre el resultado de la obediencia.


ORA:

OH SEÑOR, HAZNOS OBEDIENTES A TU PALABRA Y CONCÉDENOS LA PAZ DE ANDAR EN ESE SENDERO. GUARDA NUESTRAS ALMAS Y ALIMÉNTANOS CON TU PALABRA CADA DÍA. EN EL NOMBRE DE NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR JESÚS. AMÉN.


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